La protección contra incendios en plantas hidroeléctricas es crucial para garantizar el funcionamiento continuo y la integridad de las instalaciones. Estas plantas son esenciales porque producen energía limpia, renovable y confiable al aprovechar la fuerza del agua, lo que contribuye a la reducción de emisiones de CO₂ y al combate del cambio climático. Además, permiten almacenar energía, tienen costos operativos bajos y aseguran un suministro constante de electricidad. También juegan un papel importante en la gestión de recursos hídricos, la prevención de inundaciones y la disminución de la dependencia de los combustibles fósiles.
El principal riesgo en las plantas hidroeléctricas se encuentra en los transformadores, ya que requieren combustible para operar y, al manejar altas temperaturas, pueden generar incendios que potencialmente derivan en una explosión.