Las energías renovables, como la eólica, utilizan estructuras alimentadas por turbinas que incorporan dispositivos electrónicos y/o mecánicos, los cuales están expuestos a condiciones climáticas adversas, lo que incrementa el riesgo de incendios.
Los incendios en las turbinas eólicas generalmente se originan debido a un rayo o a un fallo técnico, y los períodos de inactividad pueden ocasionar pérdidas tanto materiales como económicas significativas. Sin embargo, los incendios pueden ser controlados y los daños minimizados mediante el diseño e instalación de sistemas de prevención y control contra incendios que sean robustos, confiables y de larga duración.